Icono del sitio Valle de Arce – Artzibar

Fervor juvenil en la romería de Arce y Oroz

La peregrinación de artzibartarras y oroztarras hacia Orreaga-Roncesvalles es una de las más espectaculares y antiguas de Navarra que mejor ha sabido mantener su esencia desde el siglo XVI

Reportaje de Patricia Carballo para Noticias de Navarra.

Es una de las romerías más vistosas del Pirineo y una de las más antiguas de Navarra, de ahí que la transmisión de generación en generación haya sido un punto clave para que la procesión del valle de Arce y Orotz-Betelu haya perpetuado desde el siglo XVI hasta hoy.

Bajo un cielo cubierto de nubes y un tiempo inestable, habitantes vinculados a ambos municipios peregrinaron ayer en romería hacia Roncesvalles. Un centenar de penitentes encabezaban la comitiva, entunicados y a cuestas con las cruces de madera. Detrás, las autoridades locales y las cruces parroquiales que representan a cada localidad eran seguidos por decenas de romeros de todas las edades. Ciertamente, se dejó ver una multitud de niños y jóvenes que infundía larga vida a esta procesión. Algunos lo hacían entunicados portando las cruces;otros, como Ada Montoya y Aritz Perurena, ambos de 14 años y de Hiriberri de Arce, se estrenaban ataviados con los trajes regionales. “El año pasado fui de crucera y fue muy especial. Es algo que me impresionó y este año me apetecía venir con el traje por cambiar y vivirla de otro modo”, confesaba con un traje azul Ada, que lleva 5 años participando en la procesión. A su lado, Aritz portaba un traje regional negro. “El año pasado vine de penitente y este año me ha animado Ada. Es un poco duro venir desde Hiriberri pero se aguanta”, dijo.

veinte KILÓMETROS Aunque la mayoría de peregrinos salen en procesión desde la venta de Espinal o Arrieta, los hay más valientes que acuden desde su pueblo, como algunos vecinos de Orotz-Betelu o Úriz. El uriztarra Ander Martínez, de 39 años, fue uno de los cuatro penitentes que salieron ayer a las 6 de la mañana desde Úriz, a 19 kilómetros de Roncesvalles. “Casi siempre he venido desde la Venta de Arrieta, pero los últimos 5 años, vengo de Úriz”, aseveró este joven que asiste a la romería desde los 8 años. Otro que lleva viniendo 5 años desde Úriz es Jokin Mina, de 14 años. Recuerda desde pequeño venir agarrado de la mano de su padre con una pequeña cruz. “Se hace duro, pero como es un día al año, se aguanta. Éste es el primer año que he llevo esta cruz”, afirmó quien ha portado 4 cruces de madera en los últimos 4 años.

Con ese ahínco, no cabe duda de que la continuidad de la romería está muy afianzada.

Salir de la versión móvil