Explotación forestal: almadías y barranqueo.
Economía tradicional, Historia
LA EXPLOTACIÓN FORESTAL: ALMADÍAS Y BARRANQUEO. (Texto e imágenes iniciales Jose Etxegoien)
(Sobre los Ríos pirenaicos). Cada valle hemos visto que tiene su río, y cada río sus épocas de avenidas. De estas la mas permanente es la del derretimiento de las nieves, desde abril hasta agosto. Entonces se ven las principales corrientes de la cordillera cubiertas de maderos en forma de balsas ó almadías como allí se llaman, de 6 en 6, de 12 en 12, de 20 en 20 y aun mas, según el diámetro y la largura de los palos, según su peso, y según también la localidad, amplitud, corriente y abundancia de aguas; y descender rápidamente á Tortosa y al Mediterráneo, conducidas cada una por 2 ó 3 hombres, los cuales mas de una vez ponen su serenidad á prueba en tan singular navegación. Generalmente los maderos que se bajan al Ebro tienen sus medidas ya conocidas (no hablamos de los destinados á la arboladura hidráulica, porque á estos se da la que se pide, y se dirigen por separado). Unos son de 20 cuartas y 1/2 de diámetro, otros de 24 y el correspondiente grueso, otros de 30, 40, 60 y hasta 80. Por lo regular toda esta madera es de pino. Los palos de navío son hasta de 150 pies algunos, y aun para esto no se entiendaque se escogen los árboles mas grandes, sino aquellos que á una enfiladura recta reunen su lozana juventud. Tanto unos como otros bajan ya muy bien labrados de las montañas.
Enciclopedia Madoz. 1850
El transporte fluvial de madera en Artzibar parece que sólo se ha desarrollado en el río Irati. Primero fueron almadías y desde la década de 1910 con la técnica de barranqueadores, de troncos sueltos, hasta los años 50-60, en que el transporte en camiones lo hizo más económico. Del río Urrobi no hay datos de su uso para estos oficios. Su escasez de agua, y su desaparición a mitad de camino, no dejaba muchas alternativas.
En la zona, la primera cita sobre almadías que conocemos data de 1389, cuando se transporta a través del río Irati madera para el castillo de Tudela. Otra noticia posterior es de 1587 en Zaraitzu-Salazar, cuando la marina española encarga 1.040 remos al valle, que bien pudieron ser transportados por el río Irati. Pero son datos sueltos sin continuidad hasta el siglo XVIII. Hasta ese siglo serán los ansotanos y chesos, del valle de Hecho, los que desarrollen el tráfico almadiero, aunque con problemas dado que sus ríos daban al río Aragón, teniendo que pasar por Navarra. Las disputas surgían por el cobro de peajes al paso por los pueblos, así como por las continuas reclamaciones de los pueblos por los desperfectos que se producían en las presas, y puentes.
A comienzos del siglo XVIII la Marina española pondrá sus ojos en los abetales y hayedos de Erronkari, Zaraitzu y Aezkoa, habiendo informaciones sobre la explotación en Roncal en 1697, o un contrato de explotación de 1706 con dicho valle. En la década de 1770 un roncalés, Pedro Vicente Gambra, impulsará definitivamente la explotación forestal en su valle.
Entre los problemas para las almadías y los dueños de la madera se encontraban las subidas repentinas de agua arrastraban los troncos preparados que estaban en las orillas, e incluso algunas almadías construídas se destruían por el camino. Los maderos sueltos iban por el río y los vecinos de pueblos ribereños se aprovechaban de su recogida. Algunos propietarios en caso de pérdida preferían donarlos a los monasterios. Así, Juachin de Arana, vecino de Artozki donó como limosna al monasterio de los Carmelitas de Zangoza-Sangüesa, todos los troncos que apareciesen con su marca de propiedad, un dibujo en forma de A:
“En 29 de diziembe año 1746 abiendo llegado al combento Juanchín de Arana, residente en Artozqui, cedió y dio de limonsna todas las maderas suis que pasasen del puente de Lumbier en abajo con su marca […] así como tienen facultad de los demás fabricantes que acostumbran cortar en los términos de Franzia”.
Durante el siglo XVIII y XIX aparecerán algunos pequeños empresarios de Orotz y Artozki, que se dedicarán a la explotación de madera y su transporte en almadías. En un listado del peaje de Zangoza-Sangüesa, del paso de almadías de 1819 encontramos estos nombres (ponemos la fecha entre paréntesis): “(22-II-1819) Fernando Elizondo de Oroz 300 tablas pagó… (26-IV) Bautista Bidondo de Oroz 200 tablas pagó… (26-IV) Martín Legumberri de Oroz 200 tablas pagó… (25-V) Fernando Elizondo de Oroz 300 tablas pagó… (25-V) José Barceló de Oroz 250 tablas pagó… (22-VI) Bautista Bidondo de Oroz 150 tablas pagó… (22-VI) Juan Legumberri de Oroz 150 tablas pagó…”. (Tomado de Carasatorre, http://documentanavarra.blogspot.com.es/).
En 1779 el militar Plácido Correa pone en marcha un plan de explotación de la Selva de Irati para la marina española. Correa llamó a varios técnicos, destacando el roncalés Pedro Vicente Gambra. Leemos un informe de 1795:
“en el año de mil setecientos setenta y dos empezó a ensayarse por especulación en el corte y transporte de maderas por agua desde aquellos montes, a las Fábricas de Navarra, Aragón y su Canal Ymperial. En el de mil setecientos setenta y nueve acompaño a Don Plácido Correa, comisionado por SM., en el reconocimiento que hizo del río Yrati para la conducción por él, hasta Tortosa, de mástiles y otras piezas para la Real Armada y Astillero de Cartagena y Mahón. Tomando a su cargo por contrata la apertura y cauces de los ríos, formación de puestos, rampas, presas y exclusas, como otras obras desconocidas hasta entonces en el Reyno y que dio concluidas en mil setecientos ochenta y uno […] Concluidas felizmente hizo montar y echar al agua las tres primeras almadias que condujo por si, acreditando prácticamente el cumplimiento de la obligación que contrató, como la solidez y satisfacción que tenía de sus obras”.
Entre sus cálculos estaba hacer navegable el Irati hasta Agoitz-Aoiz, y para ello había que romper peñas que estrechaban el río en Orbaizeta, Orotz, Artozki… y realizar pasos almadieros o puertos en las presas de los molinos existentes en los valles de Aezkoa, Artzibar, Longida y Urraul Beiti-Urraul Bajo; y el pueblo de Agoitz. En Artzibar estaban las presas de Olaldea, Artozki y Otsa. Los pasos de almadías debían tener 13 pies de anchura, (unos 3’38 m.). Anotar que en Orotz a este paso en las presas le llaman el “pasalís”. Pronto hubo oposición y quejas de los pueblos por los perjuicios que se podían ocasionar: menos agua en las presas de los molinos, desperfectos en los campos al explotar las peñas…
El tráfico almadiero se intensificó y con él los desperfectos y las quejas. El 4 de enero de 1782 se juntaron los aezkoanos en su casa del valle en Aribe para discutir sobre los desperfectos y mandar representantes. El 6 de enero se juntan en Agoitz los de Artzibar y Longida, indicando el representante de Otsa, que tienen graves perjuicios en la presa de su molino, por haberse abierto en el lateral un paso de almadías. Hay una reunión posterior en Zangoza-Sangüesa con todos los representantes. Los valles bajaron con sus párrocos como traductores porque los zangoztarras, ”no saben bascuenz y los diputados y regidores de los Valles de Aezcoa y Arce por lo regular, no saben otro idioma”.
En agosto realizan un informe conjunto para el rey, numerando detalladamente todos los problemas creados en puentes y presas. El molinero de Otsa-Osa, Manuel Pintado, declara en julio del 1782 que tras abrir en la presa el paso para las almadías no tiene agua ni en invierno, poque se pierde mucha agua. Los clientes tiene que detenerse mucho y la calidad de la harina se resiente, “porque las muelas no pueden descargar el salvado por no tener agua suficiente”. Dice que un vecino de Artozki y dos de Orbaitz que iban a su molino ya no van, y aunque han hecho obra para dar más fuerza al agua, pie y medio más de caída, persiste el problema. Añade que se debería recuperar el primer paso que se hizo en lado de la orilla de Ezkai, porque entonces se perdía menos agua. Sería barato y sólo habría que quitar una isleta que se forma en un recodo del río.
En 1790 Diputación avisa sobre la necesidad de informar a los pueblos ribereños de no tomar madera del Estado suelta y marcada:
“En el tiempo sucesivo puede acontecer que las crecidas o riadas, extraigan de dicho real Monte de Irati algunas porciones de maderas y, para precaver de todo perjuicio a la Real hacienda se apropiasen de aquellas los vecinos, habitantes y moradores de dichos lugares […] Lugares e interesados a quienes conviene se pase cualquiera providencia general que se sirviese tomar el Tribunal de la Cámara de Comptos relativa a el tránsito y seguridad de las Armadías del Rey: Roncesvalles, Orbaiceta, Villanueva, Arive, Garralda, Ferrería de Oroz, Muniain, Artozqui, Osa, Górriz, Ezcay, Aoiz, Artieda, Artajo, Lumbier, Liédena, Sangüesa, Cáseda, Galipienzo, Ujué, Murillo el Fruto, La Oliva, Carcastillo, Santacara, Mélida, Caparroso, Milagro, Villafranca, Marcilla, Alfaro, Valtierra, Arguedas, Tudela. […] Visto, se manda que los lugares que están a las dos márgenes de los ríos por donde se conducen las almadías y constan de la nota adjunta, que sean dueños de presas, tengan estas desembarazadas en la forma prevenida, de modo que no cause embarazo ni detrimento a los Armadieros, y que las respectivas justicias las den todo auxilio, y celen que por persona alguna no extrañen ni oculten efecto alguno perteneciente a la Real Hacienda…”
Una Real Orden en 1806 que regulaba la gratuidad de paso y el pago de desperfectos intentó controlar las quejas de los pueblos por daños en presas y puentes, y las de los almadieros por la imposición de peajes, pero se mantuvieron los problemas, como lo ocurrido a un almadiero otsagiarra en 1825. Le habían comprado madera de Irati para arreglar la iglesia de Allo, pero en su viaje con las almadías no tuvo que pagar peaje en varios pueblos de Aezkoa, Artzibar y en Zangoza. Desde Iruñea se ordena a todos los pueblos devolvieran los peajes, o “gabelas”, y sólo podrán denunciar y cobrar en caso de producirse desperfectos en la presas y puentes del río.
El Irati como río almadiero es otra de las deficiones de este río, como afirma Ramírez Arcas en 1848: “El Irati. Rio que nace en los elevados montes y bosques de su nombre, que estan en la parte meridional del Pirineo, y caen al N. del valle de Aezcoa […] Es bastante caudaloso, y por él se conducen las maderas del bosque de su nombre que se aprovechan para mastiles, y muy abundante de esquisitas truchas y otros pescados.” También cita a los almadieros en el diccionario de 1850. En Orotz, justo cuando se acaba de segregar de Artzibar, se indica que fabrican carbón vegetal para la ferrería y hacen “tablas de roble para cubas, que conducen por el Irati hasta el Ebro y por este en almadias hasta Tudela y Aragón”. Y en Azparren se dedican al “corte de maderas de construcción que conducen por el Irati á varios puntos”.
Durante el siglo XIX, pese a los altibajos por las numerosas guerras, siguió el tráfico almadiero. De junio de 1891 encontramos la noticia de la muerte de un almadiero en el río Irati: “La Guardia civil de Aoiz (Navarra) participa que en el río Irati y en término de Oroz-betelu ha sido encontrado el cadáver del almadiero Matías Villanueva, vecino de dicho pueblo, cuyo sujeto fue arrastrado por la corriente de las aguas la mañana del 9 del actual, marchando al cuidado y dirección de una almadía.”
El siglo XX.
“Accidente en el río Irati. Dos ahogados. De Sangüesa participan al gobierno civil un sensible accidente ocurrido en el río Irati. Según se acostumbra en esta provincia para la conducción de maderas salieron de la mencionada población 14 individuos, navegando en siete almadías formadas con las maderas. Al pasar bajo un puente próximo a la villa de Lumbier, les sorprendió una repentina crecida del río, que hizo zozobrar á las almadías, cayendo al agua sus tripulantes. Dos de éstos, llamados Domingo Maiz y Simón Elizalde fueron extraídos del río en gravísimo estado. La desgracia ha causado penosa impresión en el vecindario de la comarca.”
El Imparcial, 7-XII-1902
“Un individuo llamado Eusebio Yáñez, que iba conduciendo maderas por el río Irati, pereció ahogado.”
El Imparcial, 27-I-1910
Entrado el nuevo siglo comenzaron las dificultades de los almadieros con la mejora de las comunicaciones terrestres: carreteras, el tren el Irati que cubría la línea Iruñea-Zangoza… tras la guerra del 36 hubo un pequeño auge, por la escasez de combustible, pero la construcción del embalse de Yesa-Esa y su puesta en marcha,hizo que en 1952 terminara definitivamente este duro oficio en estos valles. Volviendo al inicio del siglo, la entrada en funcionamiento de la empresa El Irati, revolucionará el sector, tanto a nivel de fábricas, infraestructuras, como del aumento exponencial de la explotación forestal de la selva de Irati y otros bosques del entorno.
En los años de 1910 la empresa el Irati importó de América la técnica de bajada de troncos sueltos con barranqueadores, técnica más rápida y peligrosa que la almadiera, que utilizaron en el río Irati. Con todo hasta esos años se mantuvo el tráfico almadiero, con algunos puntos negros donde llegaron a morir algunos almadieros. Urabayen en 1916 comenta uno de esos puntos negros en el río Irati, Ferretazulo, pequeño salto de agua debajo de la peña de Arrigorri, en Ariztokia. La Fábrica es el barrio de Olaldea de Orotz Betelu:
“Aguas arriba de la Fábrica, en término de Aribe, se encuentra uno de estos temibles escalones; se llama Ferretazulo y tiene una altura de metro y medio próximamente. Allí han perecido ya varios almadieros. Otros pasos difíciles son las foces […] la más peligrosa del río Irati es la comprendida entre Oroz-Betelu y la Fábrica de papel; hay en ella muchas y grandes rocas caídas, la corriente es violentísima y las curvas muy rápidas. En almadías los pinos llegan hasta Castejón, y el roble y el abeto hasta Aoiz, desde donde es conducido por ferrocarril al punto de destino. La conducción de la madera por almadías va perdiendo importancia, porque las dos Sociedades explotadoras de aquellos montes y no necesitan piezas como las que forman las almadías.”
No hay listados de trabajadores, pero tanto los aezkoanos como los artzibarres de la vereda del Irati participaron en estos oficios, tanto como almadieros como barranqueadores.
Para terminar, leemos la descripción de los barranqueadores del Irati que realiza Jose Amichis, de Agoitz-Aoiz (Gutiérrez, 1989):
“Desfilan los piqueros con sus largas picas de gancho retorcido al hombro. Formados, casi militarmente, irán camino del viejo edificio antaño fábrica de papel, en donde les aguarda una hoguera que secará sus ropas. Secos o medio secos ponen el rancho en medio… Terminado el rancho se meten en sus catres hasta la mañana siguiente, en que, con su pelliza, su sombrero y su pica irán nuevamente al río a conducir la madera. Trabajo duro, con los pies con espartiñas y el agua siempre a medio cuerpo, aun en invierno.”
En épocas de autopistas y aviones, recordar las formas de transporte de antaño resulta interesante, para valorar el duro trabajo que realizaban nuestros antepasados. Los ríos se convirtieron en las carreteras de agua, rápidas, pero peligrosas y duras para los almadieros. Con los troncos construían balsas de varios tramos, difíciles de manejar, que tras un duro esfuerzo físico, viajando siempre mojados, llegaban a Zaragoza o Tortosa. La vuelta, como no, era andando.